Iquique, Abril 2017.

Los hábitos o lo que la bibliografía llama conductas habituales, son rutinas que el ser humano aprende desde muy pequeño, durante el proceso de socialización. Son rutinas simples algunas y complejas otras que al irse sistematizando a lo largo de la vida se transforman en rasgos de conductas constituyendo los primeros esbozos de lo que llamaremos posteriormente personalidad.

Los primeros hábitos se refieren al comer, dormir, controlar esfínteres, vestirse e higienizarse y se forman en el individuo entre los 2 y los 4 años de vida.  Constituyen en sí rutinas que obedecen a patrones culturales y que son instalados por la familia apenas el niño o niña se tornan más independientes. En general,  lo que se instala se refiere al dónde efectuar la conducta, al cómo efectuarla y al momento horario en que debe realizarse. Aprendemos entonces, que comemos en una mesa, ya sea en la cocina o comedor, que comemos usando cubiertos (en nuestra cultura) y recipientes especiales para ingerir líquidos y que se come tres a cuatro veces al día.

Como metodología de enseñanza, el hábito se aprende a repetición, muchas veces por ensayo/error y teniendo asociados recompensas o castigos. Al cabo de un tiempo la conducta es aprendida y el individuo se transforma en un ser socialmente independiente porque ya posee las conductas básicas, asociadas a fenómenos biológicos que le permitirán vivir en sociedad. Una vez aprendido el hábito es difícil que se olvide de allí lo indispensable que se enseñe correctamente.

Sin embargo, la vida de las personas se complejiza al transformarse en un ser social y aparece la necesidad de instalar hábitos distintos que le permitan funcionar en un mundo donde las exigencias serán la regla del día a día. Uno de estos hábitos es el hábito de estudio.

El hábito de estudio o los hábitos de estudio, corresponden a una serie de conductas, ligadas entre sí, que permitirán al individuo reforzar diariamente aquello que es visto y/o aprendido en el colegio.

Tal cual cualquiera conducta habitual, el hábito de estudio requiere de un tiempo para formarse, el que debe empezar a instalarse desde el primer momento en que el niño o niña asisten a un establecimiento preescolar. E igual que muchos hábitos requiere de:

Dónde estudiar: En este punto debe ser en un lugar fijo, no usado por otras personas (porque en algún momento tendrá que ser movido de allí) y esto por ser una conducta rutinaria provocará problemas. Lo ideal es en una mesa/escritorio ubicada en su pieza o en un lugar tranquilo de la casa, sin distracciones en el entorno.

Cómo estudiar: El cómo responde a qué manera debo hacerlo y aquello tiene que ver con aquellos elementos que necesito para hacerlo: libros cuadernos, lápices, computador si es necesario. También alude al hecho que debo estar sentado y cómodo y no acostado en cualquier parte. Asimismo, implica el poder organizar el estudio de acuerdo a las materias que necesito y teniendo sólo a la vista los elementos pertinentes. Recordar que en la sala o lugar de estudio no debe haber juguetes u objetos de entretención y que el uso del computador para estudiar debe ser controlado y dosificado.

Cuándo estudiar: Al formarse los hábitos mediante la repetición debe hacerse todos los días en el mismo horario, teniendo en cuenta la edad del niño en la asignación de tiempos. Si el tiempo es superior a dos horas debe dosificarse como intervalos que permitan descansar supervisados por el adulto. De la misma manera, el lugar debe estar ventilado, ordenado, sin ruidos ni distractores y en lo posible con luz natural.

 

UN HORARIO DEBE ESTAR EN UN LUGAR VISIBLE DE SU LUGAR DE ESTUDIO Y DEBE RESPETARSE.

 

Si el niño no tuviese alguna actividad escolar que realizar, debe siempre asignarse alguna actividad ligada a lo escolar (dibujar, leer, etc) para mantener el hábito. Si el rito horario no se mantiene el hábito no se formará y ello afectará a la calidad de su rendimiento escolar.

Cabe destacar que el hábito de estudio no se crea en el colegio, sino que en el hogar. El colegio sólo impulsa la idea de la sistematicidad del estudio.

 

Bibliografía

 

Papalia. Desarrollo Humano. Mac Graw Hill. 2005

 

MATILDE NIÑO VALENZUELA

Psicóloga Infanto/Juvenil

Universidad de Chile

Eagles’ College Counselor

 

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