Hace 12 años llegué llorando a este colegio por no querer entrar, y ahora lloro por no querer irme.
Eagles’ College por siempre estará en mi corazón; es el lugar donde crecí y aprendí. Gracias a cada persona que estuvo conmigo en estos años, los llevaré siempre en mi corazón.
Cierro una etapa de mi vida con sentimientos encontrados, con alegría porque culmina una etapa, pero triste porque dejo un refugio de amor y contención.
Bendigo este lugar, a cada uno de los maestros, auxiliares y administrativos que siempre sean capaces y tengan la sabiduría para guiar y cuidar a tantos niños y jóvenes!
Gracias por todo, se despide Monserrat Pérez